Mi madre es alcohólica

No os imagináis lo difícil que fue poder decir esas cuatro palabras juntas en una misma frase: Mi madre es alcohólica.

Creo que ya comente que durante años la enfermedad de mi madre fue un tema tabú. Ni a la familia, ni a mi padre, ni a los abuelos, ni tan siquiera a los amigos, sólo hablaba de ello con mi hermana. Mi hermana y yo podíamos haber estado todo el día de bronca en casa por que mi madre estaba como estaba pero en cuanto poníamos un pie en la calle todo aquello desaparecía, no pasaba nada. Supongo que la vergüenza, el miedo a que se juzgara a mamá o el sentirnos culpables eran, entre otras, las causas de nuestro mutismo.

No sé si la gente que teníamos a nuestro alrededor lo notaba, pero si sé que nunca dijeron nada, nosotras tampoco lo hicimos.

Cuando todo dejó de ser un tema tabú

Cuanto tenía 17 años todo hizo «boom». Por unas circunstancias que ahora no vienen al caso, mi hermana contó a toda la familia la situación que teniamos en casa. Y ahí descubrí que muchos ya lo sabían. Recuerdo sentir mucha rabía y dolor por saber que todos lo sabían y nunca nadie nos preguntó nada.

Principalmente me dolió saber que mi padre era consciente del problema que tenía mamá. No sé si es que no sabía como hacerlo o si sinceramente le importaba un bledo, pero creo que su actuación no fue la correcta. Apenas nos veía una tarde al mes, y nunca nos preguntaba nada. Es verdad que decirlo desde aquí es muy fácil, pero creo que debería haberse preocupado más. Apenas teniamos 6 años cuando se separaron, eramos (y somos) sus hijas, y viviamos solas con su ex mujer la cuál era (es) alcohólica… No sé… la rabia ya no existe pero reconozco que es un tema que me duele. Creo que si mi padre hubiera estado ahí, todo hubiera sido diferente.

Fue en ese momento cuando me atreví a decir por primera vez esas cuatro palabras juntas: Mi madre es alcohólica. Fue a la que era mi mejor amiga.

En esa época aunque no hablara del tema me era muy muy dificil dejar los problemas en casa. Si la cosa estaba mal, mamá estaba bebiendo, había muchas broncas en casa…, salía a la calle con cara de pasa. Se me notaba que pasaba algo. Había veces que me ponía a llorar, da igual que fuera en el instituto, en la calle…, y claro nadie entendía nada.

Cuando se lo conté a M, mi mejor amiga, fue una noche en que salimos con los amigos del instituto a un bar en Moncloa. Ese día había sido horrible, mamá y su pareja estaban muy mal y la discusión había sido bastante fuerte. La verdad es que salí para desconectar y para no estar en casa, porque ganas no tenía.
Pero me lo pasé bien, desconecté casi toda la noche hasta que llégo el momento de coger el autobús. Supongo que el volver a casa había activado el recuerdo de lo que había pasado y pasaba allí. Me hicieron una pequeña broma, no la recuerdo pero no debía ser nada, y rompí a llorar…

M estuvo aguil y me sacó de allí. Recuerdo que me preguntó que me pasaba y me dijo que siempre estaba igual. No sé por qué pero en ese momento se lo conté. Le conté que mi madre y su pareja bebian, que cuando lo hacian se ponían agresivos, que se metían conmigo, que todo lo justificaban porque vivía en su casa…

Ahora parece todo una película pero en aquel momento recuerdo sentir que parte de mi mochila desaparecía, que todo pesaba un poco menos.

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