Ambulancias, hospitales, pruebas, quejas… más ambulancias, más hospitales, más pruebas, más quejas…

Después de seis meses y cuando parecía que por fin se veía la luz al final del túnel… ¡zas!. Pie roto y otras seis semanitas más sólo de escayola…

No entiendo como alguien puede vivir así, bueno malvivir porque dudo, siempre y cuando se le pregunte y no haya bebido, que ni para ella esto sea vivir. Lleva seis meses sin poder levantarse porque se cayó habiendo bebido. Que si, que también se podría haber caído sin estar ebria, pero no fue así. Y lo peor de todo es que aún estando en silla de ruedas y aún sin poder caminar, ¡sigue bebiendo!. Bueno, ahora la va a costar un poquito más pero seguro que se busca otra forma de conseguir alcohol.

Hubo un día, cuando comenzó a usar las muletas antes de que la confirmasen que tenía el pie roto, que su pareja la amenazó con llevárselas si no dejaba de beber hasta que estuviese bien. Es que la tendríais que haber visto habiendo bebido y con las muletas…
Es acojonante lo que hacen estas enfermedades con las personas. De verdad que me encantaría saber el porque enfermedades como el alcoholismo, hacen que una persona se auto destruya ella misma de la manera en que lo hace. En fin…

¿Sabeis algo que me da mucha pena pensar? Que al final mi madre esta teniendo ahora más vida que cuando no le había pasado nada. Me explico.
Mi madre la mayoría del tiempo no hace nada, no tiene amigos, no tiene relación con su familia y muy poca, y telefónica, con la de su pareja, no trabaja… al final su vida consiste en limpiar, cocinar, hablar con su pareja y conmigo, jugar a juegos de ordenador, hablar por teléfono con la poca gente con la que tiene relación y ver la televisión; y esto siempre y cuando este bien, que si la pillas en un momento en que este bebiendo su vida se resume a: cama, televisión, teléfono y sofá, poco más.
Ahora que va todos los días a rehabilitación, tengo la impresión de que ella se siente como más llena porque sale, ve y habla con gente nueva, tiene que levantarse pronto y desayunar pronto porque tiene un porque, una rutina, cosa que habitualmente no tiene, tiene algo que contar mientras cenamos, aunque sólo sea quejarse de que la ambulancia ha vuelto a llegar tarde o de que ha ido una señora nueva con el brazo roto a rehabilitación y que se llama Pepita.

No os imagináis la pena que me da sentir que la hace falta romperse una pierna y un pie para sentir que su vida tiene algo de sentido… me parece tan tan triste… 🙁

En fin…

Por mucho que me enfade pensar que se rompió la pierna porque había bebido, la pierna ya ha estado rota y ahora lo está el pie, así que respecto a eso ya no se puede hacer nada.

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