Como ya os avise en la anterior entrada y como ahora mismo no me apetece hablar de otro tema, os voy a dar un poco más la lata con mi viaje a Alemania 🙂
El lunes estuvimos en la Selva Negra (Schwarzwald). La Selva Negra es una boscosa zona de más de 6000 km² en el estado de Baden-Wurtemberg. Se llama así por la densidad de sus bosques en donde apenas entra la luz.
En primer lugar estuvimos en Baden-Baden.
Baden-Baden es una ciudad famosa por sus balnearios, su casino y sus atracciones relacionadas con el turismo de lujo. Me pareció una ciudad preciosa, bastante cara pero inmensamente verde.
Después de tomarnos algo, visitar las termas y comprar chocolate, volvimos a coger el coche para adentrarnos de lleno en la Selva Negra.
Aquello era increíble. No sabíamos si podíamos subir el coche más arriba o si la carretera se acababa ahí, así que rápidamente me ofrecí voluntaria a ir a comprobarlo. Ese ratito sola fue impresionante. Sólo se oía mi respiración y el rumor del río… ¡guau!. Allí se respiraba tanta paz que incluso daba algo de miedo.
Tras disfrutar del contacto directo con la naturaleza y desistir en la búsqueda de un sitio donde comer, fuimos a visitar Forbach.
Forbach es un pueblecito pequeño dentro de la Selva Negra. No recuerdo exactamente la hora que era, más o menos sería media tarde, pero parecía un pueblo fantasma. Visitamos su famoso puente de madera que cruza el río Murg.
Allí compramos un cachito de tarta Selva Negra, ñam ñam ñam. Y visitamos su preciosa iglesia situada en lo alto del pueblo.
Me gustaría haberos puesto alguna foto del interior de la iglesia pero apenas había luz y salen demasiado oscuras 🙁
De vuelta a Bruchsal paramos a visitar el lago Mummelsee.
Este es uno de los pocos lagos de origen glaciar que se conservan de la Edad del Hielo. Mi amiga nos contó la leyenda que da origen a su nombre. Creo que por eso tenían esto allí.
Hacía bastante frío y había muchísima niebla así que nos paramos a tomar algo calentito en un restaurante cuyas paredes estaban repletas de cucos, y que tenía unas vistas preciosas al lago.
Después de pasar todo el día conociendo la Selva Negra volvimos a Bruchsal. Cena y a descansar.
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