– Cuando mi madre no bebe la mayoría de días se levanta a desayunar conmigo y si no lo hace me grita desde la cama «‘¡¡Buenoooos días Aitana!!«.
– Puedo hablar con ella de cualquier cosa, siempre esta ahí para escucharme.
– Se para a preguntarme como estoy, cómo me ha ido el día, que tal en el trabajo …
– Si tengo uno de esos días en que me duele la cabeza una barbaridad y sólo quiero estar tumbada en la cama, lo respeta. Asoma la cabeza por la puerta de vez en cuanto a preguntarme como estoy y le dice a su pareja que baje el volumen de la televisión que estoy tumbada y no me encuentro bien.
– Desayuna, almuerza, come, merienda y cena.
– Me pide que le descargue juegos de esos de buscar objetos para jugar por las tardes cuando esta sola en casa.
– Se ducha, se viste y se cuida.
– Cuando estoy encerrada en la habitación, trabajando, estudiando o leyendo, viene de vez en cuando y me pregunta que hago y como lo llevo.
– Si no estoy en casa cuando ella se va a dormir me escribe dándome las buenas noches y diciéndome: «formalidad poca pero que dure».
– Si tiene que echarme la bronca lo hace pero no a gritos.
– Si me han hecho daño y ve que no lo estoy pasando bien me dice que no merece la pena que este así, que valgo mucho.
…
Todo esto es muy bonito, es una madre maravillosa. Yo no lo he vivido, claro que yo tampoco soy así.
recuerdalo cuando la veas que sufre, pues ella lleva su dolor, aunque no lo parezca es una buena madre y se esta perdiendo la vida de sus hijas.